"Unidos en Cristo para Evangelizar"
23 de Septiembre de 2025
El inicio del proceso eleccionario
 


Los cristianos debemos estar atentos y dispuestos a participar activamente para defender los valores que nuestra fe nos reclama

Ha comenzado la campaña oficial para la elección de presidente de la república y de parlamentarios. El domingo 16 de noviembre deberemos concurrir a las urnas para elegir a estas autoridades.

Como acontece en todo período electoral, tendremos que elegir entre una variedad de candidatos, respecto de los cuales muchas veces desconocemos sus propuestas o qué principios defienden.

Es evidente que desde hace años tenemos una disputa sobre el modelo de sociedad que nos debe regir. No podemos olvidar que vivimos una situación límite hace tres años, con un proyecto de Constitución que atacaba la libertad religiosa y de conciencia. El hecho de que ese proyecto se haya desestimado no significa que los que propugnaban esa visión totalitaria y antidemocrática hayan claudicado en su empeño.

Los cristianos, como ciudadanos que vivimos en medio del mundo, debemos estar atentos y dispuestos a participar activamente para defender los valores que nuestra fe nos reclama, eligiendo bien y tratando de evitar, por todos los medios lícitos que tengamos a nuestro alcance, que lleguen a ocupar espacios de poder candidatos cuyas ideas son contrarias al bien común.

Un mínimo de coherencia indica que no podemos apoyar ni favorecer la elección de los que suscriban las ideologías que descansen en algunos de los siguientes planteamientos:

  • El marxismo o neomarxismo, atendido que suscriben una visión materialista y atea, que fomenta la lucha de clases. Su vocación por el poder total y la instauración de un modelo político de partido único no es compatible con el valor de la libertad humana que defendemos los cristianos.

  • La ideología de género, que propugna una visión antropológica que niega que Dios creó al hombre y a la mujer, para alentar formas de organización de la familia y de la sexualidad denigrantes y que amenazan la inocencia de nuestros niños y adolescentes, para corromperlos impúdicamente.

  • Las ideologías racistas que, bajo el pretexto de querer reivindicar los derechos de los pueblos originarios, olvidan que todos pertenecemos a la familia humana y que hemos sido creados iguales en dignidad y derechos.

  • Las ideologías panteístas, que, enarbolando la defensa de la naturaleza, pretenden convertirla en un objeto de idolatría que termina por someter al hombre a una esclavitud.

  • Las ideologías secularistas, que buscan instalar el “Estado laico” para atacar o negar la libertad religiosa a través de variados instrumentos, proponiendo el relativismo moral como base de construcción social.

Recordemos el criterio del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia para que le demos el peso que tiene siempre elegir autoridades:

“396 La autoridad debe dejarse guiar por la ley moral: toda su dignidad deriva de ejercitarla en el ámbito del orden moral, «que tiene a Dios como primer principio y último fin». En razón de la necesaria referencia a este orden, que la precede y la funda, de sus finalidades y destinatarios, la autoridad no puede ser entendida como una fuerza determinada por criterios de carácter puramente sociológico e histórico: «Hay, en efecto, quienes osan negar la existencia de una ley moral objetiva, superior a la realidad externa y al hombre mismo, absolutamente necesaria y universal y, por último, igual para todos. Por esto, al no reconocer los hombres una única ley de justicia con valor universal, no pueden llegar en nada a un acuerdo pleno y seguro». En este orden, «si se niega la idea de Dios, esos preceptos necesariamente se desintegran por completo». Precisamente de este orden proceden la fuerza que la autoridad tiene para obligar y su legitimidad moral; no del arbitrio o de la voluntad de poder, y tiene el deber de traducir este orden en acciones concretas para alcanzar el bien común”.

Debemos votar bien y ayudar a que otros lo hagan de la misma forma, apoyando a los que sintonicen con criterios que no son negociables:

  • El respeto a la dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios.

  • El derecho a la vida, desde su concepción hasta su muerte natural.

  • A los que defienden la existencia y valor de la libertad humana, que nos obligan a rechazar la propuesta de formas de esclavitud o sometimiento que provengan de visiones materialistas o hedonistas como ideal humano, tales como las que buscan liberalizar la droga, el aborto libre, el libertinaje sexual, etc.

Pongámonos bajo el amparo de la Virgen del Carmen, Patrona de Chile, para que nos proteja en esta nueva etapa que comienza.

 

 

Autor: Crodegango






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