"Unidos en Cristo para Evangelizar"
17 de Diciembre de 2025
El comienzo del Año Jubilar de San Juan de la Cruz
 


Un aporte espiritual en una época marcada por el activismo, la falta de lucha y valoración de la vida espiritual

Se ha dado inicio al Año Jubilar de San Juan de la Cruz, que se celebrará desde el 13 de diciembre de 2025 al 26 de diciembre de 2026. El lema del jubileo es “La esperanza tanto alcanza cuando espera”.

Este santo español nació en Fontiveros (Ávila) en 1542, en el seno de una familia pobre. Quedó huérfano de padre en 1545. En 1563 entró al convento de los carmelitas de Medina, donde profesó en 1564. Murió en Úbeda en 1591, a los 49 años. Fue canonizado en 1726.

Fue formado en un colegio jesuita, pero su vocación lo llevó a ingresar a la Orden de los Carmelitas Descalzos, cuyo carisma fundacional está en la parábola evangélica de los talentos (Mt 25, 14-30).

Sus obras de espiritualidad y de mística las escribió a requerimiento de otros. Para él, estaba primero ser un buen carmelita, obedeciendo lo que le pedían sus superiores.

Supondría un gran provecho que pudiéramos leer, al menos parcialmente, sus obras más destacadas: Noche oscura del almaLa subida del monte Carmelo y el Cántico espiritual.

La importancia de este santo es indiscutida en la espiritualidad cristiana y en la literatura en lengua española (De Pablo Maroto, Daniel, Espiritualidad española del siglo XVI, 2016, pp. 179-204).

Los escritos del santo que nos ocupa han inspirado la vida de muchos cristianos. Un caso conocido es la vida de Karol Wojty?a, que luego llegaría a ser san Juan Pablo II. Ya siendo obispo de Roma, reconoció que, siendo estudiante y obrero, tuvo un encuentro providencial con san Juan de la Cruz, específicamente con la espiritualidad de la noche oscura de la fe y el silencio de Dios, “como experiencia típicamente humana y cristiana”. Cuenta el Papa que: “Antes de entrar en el seminario, me encontré con un laico llamado Jan Tyranowski, que era un verdadero místico. Aquel hombre, que considero un santo, me dio a conocer los grandes místicos españoles y, especialmente, a san Juan de la Cruz. Aun antes de entrar en el seminario clandestino leía las obras de aquel místico, en particular las poesías. Para poder leerlo en el original estudié la lengua española. Aquella fue una etapa muy importante en mi vida”.

La doctrina de san Juan de la Cruz es tan segura para nuestras almas que, en 1926, el Papa Pío XI lo declaró doctor de la Iglesia universal.

Recordar el aporte espiritual de san Juan se hace muy necesario en una época como la nuestra, marcada por el activismo, la falta de lucha y valoración de la vida espiritual. En tal sentido, nos deberían resonar las siguientes palabras, que no pierden vigencia: “Adviertan, pues, aquí los que son muy activos, que piensan ceñir al mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho harían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios, dejado aparte el buen ejemplo que de sí darían, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estarse con Dios en oración, aunque no hubiesen llegado a tan alta como esta” (Cántico espiritual, CB, Anotación para la canción 29, n. 3: Obras Completas de San Juan de la Cruz, Ed. de Espiritualidad, Madrid, 1988, p. 706).

También debe ser un ejemplo para nosotros la forma como llevaba su camino para alcanzar la santidad. Según sus biógrafos, su inclinación a la oración y la contemplación no estaba motivada por la cerrazón o el miedo ante la vida; al contrario, Juan de la Cruz fue cautivado por la belleza escondida, las «mil gracias», que Cristo derramó a su paso por esta tierra. Para él, cada rincón de este mundo y de su existencia concreta se convirtió en cita y espacio de encuentro con Jesús.

Resume muy bien el plan de vida que nos traza este santo la siguiente invitación vital: “A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición”.

Pidamos a la Virgen del Carmen luces para aprovechar y conocer, y vivir, lo que enseñó este maestro espiritual de la vida interior.


Autor: Crodegango






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